Arturo Alcalde Justiniani
El 3.5% de incremento salarialotorgado a los trabajadores
administrativos de laUniversidad NacionalAutónoma de México repite el inicio de un
ciclo anual mediante el cual el gobierno federal impone el tope que hará
extensivo al resto de las instituciones educativas y que, semanas después, se
verá reflejado en el salario mínimo general que, a su vez, será determinante
para el aumento a los salarios contractuales en todo el país.
Esta política salarial se ejecuta por mandato de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, aún sin haber concluido la aprobación del
Presupuesto de Egresos de la Federación 2014, uno de cuyos componentes es,
precisamente, la variable salarial. Para asumir estas definiciones
fundamentales las autoridades no realizan negociaciones con los sindicatos,
tampoco con los legisladores: se trata de una política vertical y autoritaria
que en los recientes 30 años, ha provocado que los trabajadores pierdan más de
la mitad de su poder adquisitivo.
La ausencia de un proceso de concertación
con las organizaciones de trabajadores en materia salarial, exhibe la creciente
postración del movimiento sindical. Simplemente su opinión no cuenta y por ello
crece su desprestigio frente a la sociedad y hacia los propios trabajadores, lo
cual explica por qué la presencia de líderes sindicales en el Congreso de la
Unión es actualmente insignificante comparada con la que en otro tiempo
llegaron a representar. Lastimosamente en días recientes, con motivo de la reforma fiscal, los empresarios utilizaron las siglas
de los sindicatos cetemistas y de los llamados independientes de corte
patronal, como un agregado a sus desplegados de protesta de las empresas de refrescos y de algunas maquiladoras
que amenazaban, incluso, con paros laborales supuestamente organizados por los
propios trabajadores. Su estrategia fracasó y los dueños de las siglas quedaron
en ridículo.
La subordinación sindical, excepciones aparte, estuvo también
presente en la pasada reforma laboral de finales del año 2012; en ella se
impusieron reglas que han motivado el incremento de despidos injustificados al
abaratar su costo mediante el pago restringido de los salarios vencidos. Éstos
se redujeron, sin embargo la lentitud de los procesos se ha mantenido
prácticamente igual. En esta reforma surgió repentinamente el tema de la
democracia sindical, vinculada a los renglones de transparencia, rendición de
cuentas, voto secreto y directo y, en especial, a un aspecto que debería
generar más visibilidad, el cáncer de los contratos colectivos de protección
patronal, firmados con sindicatos blancos; sobre ello, la propuesta inesperada,
contenida en el artículo 388 bis, obligaba a que los trabajadores fueran
tomados en cuenta antes de que se firmara un contrato colectivo en su nombre;
sin embargo, a pesar de que en el Senado se logró una votación mayoritaria en
favor de esta consulta, con votos de PRD, PAN, MC y PT, más tarde, en la Cámara
de Diputados, los intereses empresariales y corporativos lograron que por unos
cuantos votos, entre ellos los de un grupo de legisladores
panistas-empresarios, se cancelara esta opción democrática que hubiera
permitido un cambio de rumbo.
La agenda para lograr un cambio en la política laboral del país,
comprende en primer lugar tomar conciencia de su importancia, pues esta influye
de manera fundamental en las grandes políticas públicas, educativa, energética
y en la reforma democrática. Se comete frecuentemente el error de considerar
que sólo corresponde a los trabajadores participar en esta tarea. Las
consecuencias repercuten en toda la sociedad en su conjunto. La opacidad y la
corrupción sindical empiezan a ser permeadas por el crimen organizado, como lo
han denunciado diversos grupos empresariales en las ramas de transporte y de
servicios.
Estos temas laborales en nuestro país suelen ser explorados en
espacios muy reducidos, por la vía formal o jurídica, orientándose a la formación
académica o en un plano descriptivo o coyuntural, relacionado con luchas o
denuncias concretas. Pocas veces tenemos acceso a textos que tengan una visión
integral que permitan identificar el origen de las prácticas e instituciones
laborales, sus condicionamientos, historia y las consecuencias que generan en
tareas tan importantes como el salario o la indefensión laboral. Esta
visión integral es clave para entender la orientación de la política laboral y
los intereses involucrados en la misma, incluyendo el creciente control
empresarial sobre los trabajadores y sus organizaciones. Una lectura para
acceder a esta comprensión la encontramos en la reciente publicación titulada Sindicatos
y Política en México: cambios, continuidades y contradicciones, de
Graciela Bensusán y Kevin J. Middlebrook, coeditado por la Universidad Autónoma
Metropolitana, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y el Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Bensusán y Middlebrook desarrollan su análisis en cuatro apartados:
la génesis de la vinculación corporativa entre el Estado y los sindicatos; los
efectos de las restricciones económicas y sociales; los límites derivados
de las políticas implementadas en los gobiernos de Fox y Calderón, reforma
laboral incluida y una última parte, poco explorada en otros textos,
relacionada con la defensa internacional de los derechos laborales,
especialmente ante la Organización Internacional del Trabajo y en el entorno
del Acuerdo de Cooperación Laboral de América del Norte, paralelo al Tratado de
Libre Comercio de esta región.
La lectura de este texto y el informe de las investigaciones
contenidas en sus páginas, constituyen un referente fundamental para ir
aclarando los enigmas del mundo del trabajo.
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