La voz de los afiliados.
¿Qué significa y de dónde viene la palabra "esquirol"?
por Ismael
Hernández Lujano
Secretaría
de Estudios Laborales SUTIEMS
La formación de
cuadros sindicales consta de varios aspectos. Se trata de adquirir ciertas
habilidades (como organizar una marcha, una huelga, una asamblea y, más
importante, adquirir la habilidad de explicar de manera sencilla y clara los
problemas de los trabajadores, esto es, aprender a convencer y a sumar apoyo),
ciertos valores (la democracia, la verdad, la justicia, la igualdad) y también
de forjar el carácter, de templarse en la lucha, en el enfrentamiento con la
patronal y el Estado.
Pero también se trata
de adquirir y manejar correctamente cierto vocabulario.
Éste léxico de la
lucha social y sindical es como la caja de herramientas con la que tratamos
cada problema, cada asunto. Si no lo tenemos, si nos faltan las palabras para
definir o describir una situación, estaremos como el artesano que no cuenta con
los utensilios necesarios para realizar una tarea. También se trata de usar
correctamente esas palabras-herramientas, no por purismo ni por erudición vana
sino por la sencilla razón de que si no utilizamos la palabra adecuada, se nos
escapa la comprensión del asunto o bien, puede que la palabra pierda su
sentido-uso original y entonces sea necesario buscar o inventar otra para
sustituirla y este no es un proceso que se haga a capricho.
Todo este preámbulo es para abordar el origen y significado de la palabra
"Esquirol". He escuchado que se le llama así a cualquier persona que
esté cerca de la autoridad e, incluso, a personas que no están con la patronal
pero son contrarias a la tendencia propia dentro del sindicato. Si se sigue por
esta ruta nos habremos quedado sin un término para designar aquello que
concretamente designaba la palabra que nos ocupa.
Esquirol, en sentido estricto, es la persona que se
presta a trabajar en sustitución de un huelguista. Durante el siglo XIX las
huelgas dejaron de estar prohibidas pero tampoco habían sido reconocidas
como un derecho. No se podía enviar a la cárcel a un obrero por ponerse en
huelga, no era un delito, pero el patrón estaba en el derecho de sustituirlo
por otra persona que estuviera dispuesta a seguir laborando. Evidentemente, con
un solo obrero u obrera no se echa a andar una fábrica, una oficina o una
escuela, se necesita conseguir un número de esquiroles suficiente, similar al
de trabajadores en huelga. En ese contexto, para los huelguistas la llegada
masiva de esquiroles a su centro de trabajo significaba el fin del movimiento.
Aun con la contra
reforma laboral del PRIAN, esto no sucede en México. Todavía conservamos el
derecho de huelga, lo cual significa que los huelguistas están protegidos: si
cubren todos los requisitos y formalidades legales, no pueden ser despedidos
por el patrón ni sustituidos por otros trabajadores. El patrón está obligado a
llegar a un acuerdo con los trabajadores y su sindicato.
¿Pero por qué
se llama "esquiroles" a las personas que sustituyen a un trabajador
en huelga? El término es de origen catalán y de ahí pasó al español. En una de
las primeras huelgas en Cataluña en el siglo XIX, los patrones se esforzaron
por sustituir a los trabajadores en huelga con personas traídas de otros
pueblos, el que más trabajadores sustitutos aportó se llama L´Esquirol, nombre
que se le da popularmente al pueblo de Santa María del Corcó. Entonces, por
extensión se llama esquiroles a todos los trabajadores que se prestan a
sustituir (y con ello dejar sin empleo) a otro que está en huelga. Ahora
el término esquirol se ha ampliado y también se usa para nombrar a las personas
que no acatan la decisión mayoritaria de sus compañeros de irse a huelga y
continúan laborando y, con ello, sabotean el movimiento.
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