Preparan charrazo en el Sindicato Único de Trabajadores de la UACM
Para: APIAVIRTUAL
Gerardo Peláez Ramos
La administración central de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, encabezada por la rectora María Esther Orozco Orozco, se ha caracterizado y se caracteriza por buscar cambios regresivos en esa institución, enfrentar a la mayoría de la comunidad universitaria, perseguir a destacados académicos, despedir personal sindicalizado, intentar la supresión del Sindicato Único de Trabajadores de la UACM, tratar de imponer un sindicato charrificado y confluir con la derecha del gobierno de la capital federal.
Para concretar tales objetivos, la rectoría de la UACM recurre a los servicios de la apatronada y antiobrera Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal, que, por medio de un boletín redactado por huizacheros, ha reformado por vías de hecho el Artículo 123 de la Constitución General de la República y la Ley Federal del Trabajo. Así, a una dirección elegida en el proceso electoral el 27 de octubre pasado se le niega la toma de nota.
Tal proceder genera un profundo descontento en los medios sindicales democráticos. De esta suerte, la Unión Nacional de Trabajadores, en un desplegado de apoyo al SUTUACM, señala: “La política antilaboral plasmada recientemente en el boletín de criterios de la JLCyA del DF es la continuación de una política antisindical promovida por las autoridades laborales de la Ciudad de México que, violenta la libertad y la autonomía sindicales al propiciar la injerencia gubernamental en la vida interna de las organizaciones gremiales democráticas e independientes. De esta manera y por medio de diversos recursos, como la negativa a otorgar la toma de nota a sus sindicatos, se deja en estado de indefensión a los trabajadores.
“Así está ocurriendo en el sindicato de la UACM a cuya dirigencia democráticamente electa pretende desconocer la JLCA del DF por lo que la UNT expresa su más enérgica protesta.
“El pasado 27 de octubre de 2011 se llevaron a cabo las elecciones –mediante voto secreto– para renovar la Coordinación Ejecutiva. El 3 de noviembre siguiente se solicitó ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal, la toma de nota correspondiente, acreditando toda la documentación requerida.
“Sin embargo, el 8 de diciembre de 2011, la Junta Local respondió con otros requerimientos, que aunque no guardan relación directa con el proceso electoral, ya fueron desahogados por el sindicato el 14 del mismo mes, sin que hasta la fecha la Junta tome nota de la nueva representación sindical. Llama la atención que la respuesta de la Junta ostente fecha siete de noviembre, pero se haya entregado al SUTUACM hasta el ocho de diciembre, es decir, un mes después”.
En otro documento del SUTUACM, publicado el 19 de enero, se precisa: “…los abogados Gilberto Chávez Orozco, Elvia Palancares López y Miguel Ángel Aragón Audelo, acudieron ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje y presentaron documentación falsa, con la solicitud de la toma de nota para lo que fue la Planilla Naranja, que como todo mundo sabe perdió en las elecciones celebradas en octubre del año pasado”.
Gilberto Chávez Orozco, apoderado gubernamental en el Instituto de la Vivienda, en el Sistema de Desarrollo Integral para la Familia y en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, asesora a las autoridades de la Universidad para intentar dar el charrazo que ha sido puesto al desnudo.
Este promotor de sindicatos de membrete y firmante de contratos colectivos de trabajo de protección patronal, tiene como contlapaches a Elvia Palancares López, lideresa de la Federación de Sindicatos Autónomos de México, y Miguel Ángel Arango Audelo, secretario general del Sindicato Autónomo de Trabajadores del Comercio, Industria, Agencias Aduanales y Similares de la República Mexicana, organizaciones “sindicales” de inspiración patronal.
Como otros traficantes de los derechos de los trabajadores, estos individuos manejan despachos que fungen como bandas de delincuentes que se dedican a negociar salarios, jornadas laborales, prestaciones y condiciones de trabajo que jamás fueron pactados con la participación de los obreros y empleados. Son los abogados que necesita el neoliberalismo para impedir la sindicación verdadera de los trabajadores y para firmar contratos colectivos de trabajo de protección patronal. Es un fraude en toda la línea. Éstos son los asesores de la rectora Orozco y los organizadores de la Planilla Naranja.
El sindicato legítimo plantea con claridad: “El intento de charrazo ya es una realidad: en contubernio con unos trabajadores que no dan la cara en las asambleas sindicales, rectoría y el GDF pretenden desarticular al SUTUACM, dejar a los trabajadores en la indefensión y entregar a la UACM a intereses ajenos a su proyecto original”.
Algo sobre la historia de los charrazos
1. El caso clásico: el charrazo contra el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, en octubre de 1948. El secretario general, Jesús Díaz de León, alias El Charro, destituye a la mayoría del Comité Ejecutivo General del STFRM mediante la utilización de militares, policías, golpeadores y burócratas sindicales que ocupan las instalaciones de la organización y dan inicio a una purga de dirigentes clasistas en todo el país. El gobierno de Mister Amigo pone en juego al Poder Judicial y Luis Gómez Z., a la sazón parte del sindicalismo democrático, es encarcelado. Tiempo después es detenido, procesado y condenado Valentín Campa Salazar, líder histórico del movimiento comunista mexicano. El nuevo CEG es reconocido por las autoridades laborales. El charrazo está consumado.
2. El caso típico en el sindicalismo de los trabajadores al servicio del Estado: el Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación desconoce y expulsa de la organización a los miembros del Comité Ejecutivo y las comisiones de la Sección IX del SNTE, en abril-mayo de 1960. Las oficinas seccionales son ocupadas por porros, golpeadores y charros. Para legitimar el golpe, se celebra un Consejo Nacional Extraordinario en Acapulco, Guerrero, que avala el nombramiento de una Comisión Ejecutiva integrada por priístas, un pepino y un representante del jacobinismo socializante. La charrificación es un hecho.
3. El caso fallido: durante la huelga de junio-julio de 1977 del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, la fracción priísta y corrupta de Álvaro Lechuga Wences “reconstituye” el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UNAM, denuncia la unidad con el personal académico y llama a esquirolear el movimiento, mientras el gobierno de José López Portillo rompe la huelga, ocupa Ciudad Universitaria y detiene a representantes académicos del Comité Ejecutivo del STUNAM. La represión no logra romper la alianza de las corrientes sindicales dirigidas por los comunistas, trotskistas, maoístas y nacional-revolucionarios. El golpe, pese a la “reconstitución” transitoria del STEUNAM, fracasa. Con el tiempo, los lechugos serán derrotados completamente, el STEUNAM “reconstituido” se reintegrará al STUNAM y éste quedará como el sindicato indiscutido.
4. La tradición charra en el SNTE: los tres cacicazgos magisteriales de 1949-1972, de 1972-1989 y de 1989 a los días que corren, fueron y son verdaderos maestros en el arte de convertir minorías en mayorías aplastantes, en imponer comités que ningún trabajador eligió y en desconocer comités legítimos por comisiones ejecutivas. La mecánica es de sobra conocida: el CEN del sindicato, durante la celebración de congresos seccionales ordinarios o extraordinarios, contrata los servicios de hoteles con centros de convenciones o sin centros de convenciones en una misma ciudad o, incluso, ¡en cuatro ciudades!, informa a los jefes sindicales, verdaderos arrieros de hombres y mujeres, dónde se verificará la reunión, éstos comunican a los delegados montoneros y acarreados a qué horas se verán para trasladarse en camiones, coches o helicópteros y ya “apalabrados” se dirigen al lugar sede del congreso, con la pérdida en el camino de algunos “delegados” crudos o en estado inconveniente que no logran llegar a la asamblea y ejercer su derecho al voto. En unos cuantos minutos el charrazo está consumado.
Naturalmente, todo charrazo descansa en la división interna del sindicato. Sin descontentos en las filas de la organización, sería imposible la imposición de órganos de gobiernos no elegidos por los trabajadores. En consecuencia, toda dirección democrática debe aplicar una política incluyente, que tenga como base la comprensión del sindicato como una organización permanente de frente único, que agrupa a los trabajadores, en el caso de México, sin importar su ideología, religión o militancia política, estando sustentada su afiliación al sindicato en su carácter de asalariado de una institución o empresa. Nada más, pero también nada menos. En nuestro país, pues, los sindicatos no son ideológicos.
En el SUTUACM se prepara el charrazo a ojos vistas. En el Consejo General de Representantes, la franja naranja, toma acuerdos en perfecta coincidencia con la patronal: llama a constituir el Comité de Huelga con una consulta extemporánea y lanza una convocatoria ilegal. La intención no es ningún secreto: desconocer en los hechos, en la práctica, en la vida sindical cotidiana a la Coordinación Ejecutiva y funcionar como dirección paralela, o, en otras palabras, suplantar por vías de hecho a la dirigencia estatutaria, legítima y auténtica. Así de sencillito, y todo con la venia y el beneplácito de la rectoría neoliberal y antisindical de la doctora Orozco.
El SUTUACM no está solo y cuenta con la solidaridad del movimiento sindical democrático e independiente, la inteliguentsia avanzada y personalidades y organizaciones de otros países. En diarios del Distrito Federal y ciudades de provincia, el enciclopedista, amigo y compañero Humberto Musacchio escribe:
Personajes de la cultura mexicana como Margit Frenk, Hugo Gutiérrez Vega, Paco Ignacio Taibo II, Adolfo Castañón, Bárbara Jacobs, Vicente Rojo, David Huerta, Silvia Molina, Pablo Rulfo, José María Espinasa, Thelma Nava y Marco Antonio Campos, han hecho circular su protesta ante los continuados atropellos que cometen las autoridades de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Especialmente, se exige que cese la persecución laboral contra el escritor Eduardo Mosches y la reinstalación de los trabajadores suspendidos y despedidos en sus funciones laborales a los que por añadidura se les ha confiscado anticonstitucionalmente su salario. Ante los repetidos intentos de demolición de esta universidad, los intelectuales demandan el fortalecimiento del proyecto educativo original de la UACM. Otros firmantes son Óscar de la Borbolla, Eduardo Milán, Fabio Morábito, Eduardo Hurtado, Paloma Sáiz, Sergio Mondragón, Juan Domingo Argüelles, Antonio Deltoro, Evodio Escalante, Rocío González, Adriana González Mateos, Héctor Díaz Polanco, Edmundo Aquino, Roxana Elvridge-Thomas, Lucía Rivadeneyra y Lazslo Moussong.
Resonancia internacional del caso
La pandilla de María Esther Orozco, rectora de la UACM, no ha reparado en medios para desprestigiar la casa de estudios que dirige. Contra sus profesores ha empleado recursos innobles e ilegales, como inventarle faltas a los trabajadores para despedirlos o suspenderlos y obstaculizar las labores de investigación y difusión que tan bien realizaba esa universidad. La feroz embestida de la señora Orozco y su mafia ha sido tan inescrupulosa que muchas personas no se explican que un gobierno “de izquierda”, como se supondría que es el de Marcelo Ebrard, haya impuesto en la rectoría a una mujer por completo ajena a las necesidades de la ciudad, del país y de los jóvenes. Por eso, a la citada protesta han unido sus firmas personalidades de Argentina, Alemania, Brasil, Bolivia, España, Estados Unidos y otros países. Entre los que suscriben el documento figuran Cristina Peri Rossi, Tununa Mercado, Noé Jitrik, Jorge Boccanera, Luisa Valenzuela, Rolo Diez, Myriam Laurini, Franz Hinkelammert, Uberto Stábile, Alfredo Fressia y decenas más”.
Con una lógica propia de esquiroles, crumiros o panzas verdes, los líderes naranjos sostienen en un documento de antología:
3. La Planilla Naranja contrató el despacho del abogado Gilberto Sánchez Orozco para hacerse cargo del recurso de impugnación, desde el punto de vista exclusivamente jurídico. Nosotros de ninguna manera aceptaríamos que se recurriera a trucos o arreglos tramposos; en ese sentido, quienes afirman que este despacho presentó documentación falsa deben probarlo y dejar de actuar irresponsablemente al suscribir documentos que atentan contra la honorabilidad de los miembros de esta Planilla.
4. Quienes emitieron el documento afirman que somos cómplices del gobierno del Distrito Federal, a partir de pistas falsas como la trayectoria del despacho de abogados. Exigimos que muestren las pruebas de cualquier negociación o acuerdo que algún integrante de la planilla o del despacho de abogados haya tenido con funcionarios de la Universidad o del gobierno del Distrito Federal, que sustentan sus aseveraciones.
En El Correo Ilustrado, sección de correspondencia de La Jornada, apareció la siguiente carta el 21 de enero del año en curso, que es justo reproducir por lo acertado de sus afirmaciones:
Una vez más la administración de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), que encabeza la rectora Esther Orozco, se hace responsable de prácticas antisindicales. No satisfecha con despedir de manera injustificada a un sinnúmero de trabajadores, no conforme con violar de manera reiterada el contrato colectivo de trabajo, no contenta con instaurar un clima de persecución laboral que niega todos los principios fundadores de esta universidad, ahora nos enteramos de que Orozco está conspirando con la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) para negar la toma de nota a la Coordinación Ejecutiva del Sindicato Único de Trabajadores de la UACM. El objetivo es evidente: descabezar al SUTUACM, dejar a los trabajadores en la indefensión y otorgar la toma de nota a unos afiliados dóciles y dispuestos a aceptar la contrarreforma educativa de Orozco, que acabaría con el carácter democrático y popular del proyecto original de la UACM.
Nadie puede cuestionar la voluntad de los trabajadores: ni la JLCA, ni rectoría, ni sus incondicionales. Alto a las prácticas antisindicales del Gobierno del Distrito Federal. Alto a la intromisión del GDF en los asuntos internos de la UACM. Exigimos que se tomen las medidas pertinentes para otorgar la toma de nota a la Coordinación Ejecutiva del SUTUACM, encabezada por la profesora María Auxilio Heredia Anaya, sin más retraso. Exigimos la reinstalación de los trabajadores despedidos, el cese de la persecución laboral y el respeto al proyecto educativo de la UACM. Suscriben la misiva Massimo Modonnesi, Alejandro Vega García, Rafael Barajas El Fisgón, sección mexicana de la Coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública y otras organizaciones y personas.
En las condiciones actuales de incremento del sindicalismo blanco en toda la geografía nacional; de la existencia de poderosas mafias de líderes charros en el SNTE, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana; de golpes gubernamentales y patronales en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas y el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana; de la insuficiente unidad entre la Unión Nacional de Trabajadores y el Frente Sindical Mexicano, y de la proliferación de bufetes de abogados transas que fungen como direcciones sindicales, venden los derechos fundamentales de los trabajadores y firman contratos colectivos de trabajo de protección patronal, no debe regatearse la solidaridad al SUTUACM y debe impedirse que las autoridades laborales del DF, la rectoría de la UACM y el gobierno de la Ciudad de México logren sus propósitos de charrificación del Sindicato Único de Trabajadores de la UACM.