Manuel Pérez Rocha
Sin duda, la CNTE es hoy un actor
poderoso, por ventura imposible de ignorar en el campo educativo y político del
país. En estos meses ha adquirido renovada fuerza y ha sumado a sus demandas a
amplios sectores del magisterio de entidades en las cuales hace unos meses no
tenía presencia. Un factor determinante de este fortalecimiento han sido los
graves errores de los gobiernos en materia educativa a lo largo de los
recientes 20 años, la perversa campaña de la plutocracia mexicana en contra del
magisterio (comandada por Televisa/Mexicanos Primero), y las maniobras para
cercenar los derechos legítimos de este gremio. La CNTE no es una invención
nueva, ni producto de la ocasión; más de 30 años de lucha constituyen la
perspectiva desde la cual deben juzgarse su actuar y sus demandas. Incurrirían
en un grave error quienes en este momento crítico del país pretendieran ignorar
el movimiento de la coordinadora, o manipularlo o someterlo.
La CNTE no es perfecta, pero es
una realidad ajena al vicioso sistema político mexicano; no es un partido, ni
una secta, ni un grupo de interés económico; es un movimiento con dos
objetivos explícitos básicos: la democratización del SNTE y la reforma
educativa, imposible de lograr ésta sin la primera. Como todomovimiento de masas (al
oír esto lademocracia se tapa la cara horrorizada), no tiene estructuras
que lo delimiten con precisión, ni un padrón oficial que registre a sus
miembros (o los expulse), ni líneas de mando que lo anquilosen y corrompan. No
es, empero, un movimiento espontáneo, ni anárquico (ni anarquizante);
lo aglutinan objetivos claros, una historia, y un estilo de trabajo que genera
gran dinamismo… y también la repulsa de la academia exquisita por juzgarlo
rancio,setentero.
El gobierno federal en la
práctica ya no aplica a este movimiento el ni los veo ni los oigo, no
puede ocultar que los ve y los oye, pero irresponsablemente pretende
engañarlos, torearlos, batearlos y… ¿? La Secretaría de Gobernación simuló
abrir un espacio de diálogo con la CNTE, pero la justa sensación de los
maestros es que fue sólo un mecanismo distractor pues los funcionarios de esta
secretaría, muy amables y corteses, nada efectivo han hecho para que las
demandas y planteamientos del magisterio sean seriamente considerados. En el
convenio firmado por Luis Enrique Miranda, subsecretario de Gobernación, y la
CNTE, el pasado 8 de mayo, el gobierno se obligó a entregar las propuestas de
la CNTE (y los resultados de los foros a los que se comprometieron a convocar
conjuntamente, y a los que asistieron más de 10 mil personas) a las
instancias legales correspondientes para su procesamiento. La Secretaría de
Gobernación se obligó también aser el vínculo con diversas instancias y niveles
de gobierno, a efecto de seguir manteniendo y privilegiando el diálogo que
hasta ahora se ha dado.
Sin duda, las instancias
legales correspondientes serían la Secretaría de Educación Pública, la
Presidencia de la República y las cámaras de Senadores y Diputados. Nada de
esto ocurrió, según se exhibe en declaraciones del propio secretario del ramo.
En conferencia de prensa ofrecida el pasado martes 13, la reportera de La
Jornada preguntó al funcionario si en esta iniciativa se tomó en
consideración parte de las propuestas de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación, que habían venido también planteando algunos
puntos que usted mencionaba, esta evaluación integral que se consideraba en los
contextos sociales, si eso fue parte de lo que ya se integró a esta iniciativa.
Chuayfett respondió: “En relación a (sic) las propuestas de la coordinadora,
éstas fueron entregadas a algunas de las autoridades del pacto, y evidentemente
nosotros tuvimos en cuenta algunas de esas propuestas, como es el caso o
coincidimos –mejor dicho– con alguna de esas propuestas, como es el caso del
proceso de evaluación diferenciado de acuerdo a (resic) los distintos contextos
que existen en el país en el sistema educativo”.
¿Autoridades del pacto?
Reveladora afirmación del funcionario. Ahora resulta que el pacto está
compuesto por autoridades. ¿Autoridades nombradas por quién? ¿O elegidas
cuándo? ¿Con base en qué ley? ¿Cuáles son sus atribuciones? En un lapsus, corregido
de inmediato, el secretario afirmó que tuvieron en cuenta algunas de
las propuestas de la CNTE. Bueno, no, no las tuvieron en cuenta, no
podían, para ellos la CNTE ni siquiera existe; simplementecoincidieron con ellas,
como por casualidad.
Aunque no quieran reconocerlo los
gobernantes, las movilizaciones de la CNTE han logrado algunos cambios en la
política e iniciativas legales que en materia educativa ha impulsado con
violencia el actual gobierno prianista.Violencia, pues para avanzar,
incluso han pasado por encima de las leyes vigentes y han engañado a los
maestros y a la sociedad. Su bandera es lacalidad de la educación, cabe preguntarse
qué entienden poreducación de calidad después de tantos costosísimos
desatinos reconocidos por la propia SEP (por ejemplo la Alianza por la Calidad
de la Educación, la Carrera Magisterial, Enciclomedia, Enlace, empobrecimiento
de los libros de texto, imposición de programas porcompetencias), cuando
reparten libros de texto con más de un centenar de faltas de ortografía y el
propio secretario se expresa con tanta incorrección.
Peña Nieto ha dicho que la
reforma educativa no se negociará. Harían bien quienes detentan el poder en
leer el manifiesto y plan de acción de la CNTE. Los maestros no están
negociando, están exigiendo que se dé marcha atrás a disposiciones legales que
deteriorarán más la educación y atropellan sus derechos laborales legítimos.
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